Que el tiempo vuela no es una novedad, todos los años cuando se aproxima la locura del mes de diciembre pensamos en qué rápido se fueron los once meses anteriores. Pero nada se compara con el ritmo vertiginoso con el que uno ve pasar el tiempo en los niños. Todos los que tenemos hijos, sobrinos, ahijados, o algún niño cerca nos hemos preguntado en qué momento dejaron de ser bebés. ¿Cómo es que crecieron tan rápido?

Los papás lo sabemos bien, un día nos acostamos con un bebé de pecho, intentando conciliar un par de horitas de sueño, y nos levantamos con uno que grita «es de día» desde su cuarto. Salimos de paseo con el bebé en el cochecito, y en un abrir y cerrar de ojos nos  está preguntando como se llama la calle donde vivimos, mientras charla un rato con la vecina. Una mañana lo dejamos en su primer día de jardín, con el corazón estrujado, y al otro lo vemos subirse a la camioneta para ir al colegio y decirnos chau desde la ventana, como si nada. Nos ponemos ansiosos deseando que hable, que diga sus primeras palabritas, y cuando queremos acordar estamos deseando que se calle un poco mientras te relata de principio a fin, una y otra vez, cada jugada de un partido de fútbol.

Todo pasa tan rápido, que sin saber cómo ni cuándo, un día pasan a formar parte de tu familia Peppa Pig, y su hermano pequeño George. Papás, tíos y primos se encuentran a si mismos cantando las canciones de la granja y del Sapo Pepe, y un día te subís al auto con tu marido tarareando una de Hi-5, incluso si no están los nenes. Ya perdiste la cuenta de la cantidad de veces que viste la película del Rayo Mc Queen, y entre toda la familia han contribuido a que tengas en tu casa todo el merchandising que Disney desarrollo de Cars en los últimos años, literalmente todo. Y ahí es cuando le deja de gustar Cars, ahora quiere un Transformer.

¿Cómo pasamos de las canciones de la granja, a los Transformers? ¿Qué es lo que hace que el tiempo vuele de esta manera? Con mi marido nos preguntamos: ¿Cómo fue que los cinco años desde que nació nuestro primer hijo pasaron a la velocidad de la luz?

Claro que hemos estado muy atareados.  Con dos hijos, debemos de haber cambiado como 5.000 pañales, cantado todas las canciones infantiles que sabemos y aprendido muchas más de las  que algún día pensamos que íbamos a saber. Nos volvimos expertos en medicamentos infantiles, en tipos de tos o grados de fiebre, en enfermeros pacientes y maestros de la organización. Y por sobre todo, debemos haber dormido menos en estos cinco años, que en el año anterior al que naciera nuestro primogénito. Pero no es solo el estar ocupado y dormir poco lo que hace que el tiempo vuele.

Creo que la cuestión radica en la adrenalina de verlos crecer, desarrollarse, convertirse en personitas con caracteres y decisiones propias. Los más chiquitos vienen con esa dosis de energía que los papás, abuelos y tíos necesitamos para seguirles el ritmo. Y a pesar de que algunas veces nos dan ganas de congelarlos para que no crezcan más, no hay experiencia más linda que acompañar, desde cualquier lugar, el crecimiento de un niño.

2 comentarios en “¿Por qué crecen tan rápido?

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