Me gusta mucho usar frases y refranes. Me parece que, cuando están bien usados, reflejan perfectamente lo que uno quiere decir. Podemos explicar las cosas de muchas formas, pero cuando hay un refrán bien aplicado, ya no hay más que decir. Y cuando los usamos con la dosis justa de ironía, funcionan todavía mejor. Elegí cinco de mis frases favoritas para la columna de hoy, y dejé muchas por el camino, así que si les gustan tengo material de sobra para una segunda edición.

  1. Problemas tenemos todos.

Es mi frase de cabecera, y los que me conocen saben que la uso muy a menudo. Ya no me acuerdo a quien se la escuché decir por primera vez, pero la aplico seguido. Creo que es muy gráfica, sobre todo para todos los que creen ser los únicos a los que les pasan cosas, o que les pasa lo peor, y tienen la habilidad de hacer un mundo de cualquier dificultad. Para todos esos: problemas tenemos todos. Si les parece que todo el mundo tiene la vida resuelta menos ustedes, ¡a indagar un poco! Seguro encuentran a alguien con peores dificultades, pero que evita el lamento boliviano constante. Capaz que la clave del éxito no es la existencia de problemas, sino cómo lidiar con ellos. Así que en lugar de tanta queja, mejor ser prácticos y buscar soluciones. Y cuando alguien venga con un drama sin fundamento, simplemente decirle las tres palabras mágicas, siempre funcionan.

  1. Más vale estar callado y parecer un nabo, que abrir la boca y confirmarlo.

Absolutamente brillante. Se la escuché decir a mi marido, y la he repetido en varias ocasiones. La frase habla por sí misma, no precisa mucha explicación. Estoy segura que mientras leen, se les viene a la mente algún ejemplo. Y uno mismo a veces se pregunta: ¿para qué habré hablado? Pero lo más interesante de esta frase, es que reivindica el gran valor del silencio, que ha caído un poco en desuso. Si no hay algo interesante, inteligente o diferente para decir, más vale permanecer callado.

  1. Aramos dijo el mosquito, y estaba en la oreja del buey.

Esta es milenaria, pero no pierde vigencia nunca, por eso esta en mi top cinco. ¡A cuantos mosquitos habremos cargado en la vida! Esos que se congracian y se vanaglorian con logros ajenos. Y hay que aclarar que hay dos tipos de mosquito. Por un lado está el mosquito vivo, que sabe que no hizo nada, pero igual aclama haber arado; y por otro lado el mosquito que, pobre, realmente se piensa que aró. La verdad es que no sé a cuál prefiero. Yo escuché muchas veces a mi abuela diciendo esta frase, siempre en tono de ironía y cara de fastidio, porque seguro era de las que se identificaba con el buey. Pero a todos los bueyes que están leyendo, les digo que no se preocupen, la vida da vueltas, ya les tocará ser mosquito y llevársela de arriba, ¡al menos una vez!

  1. Elige tus batallas.

La aprendí de una compañera de trabajo, y me encantó. Cuanto más la uso, más me gusta, porque aplica en todos los órdenes de la vida. Hay que tomarse el tiempo de pensar cuáles son las batallas que valen la pena. Las guerras se ganan con triunfos estratégicos, así que no hay que perder tiempo y energía en cosas que no son verdaderamente importantes. Lo interesante es aprender a elegirlas, y tener la capacidad de dejar las que no suman. Me gusta que diga «elige», porque deja bien claro que la elección siempre es nuestra, para bien o para mal. Y no importa si a priori parecen batallas perdidas, a veces igual vale la pena pelearlas.

  1. Hay un momento para todo.

Esta la dice una muy sabia amiga mía, que espero que esté leyendo esta columna. Un día reflexionó y la dijo, y quedó establecida entre todas las que compartimos ese momento. Se resume en que hay momentos para estar felices, y hay que disfrutarlos, y hay otros para estar tristes, y hay que pasarlos. Hay momentos para estudiar, hay momentos para invertir tiempo en el trabajo, y hay momentos para viajar. Hay momentos para trasnochar en un boliche, y hay momentos para trasnochar con un bebé que llora. La clave está en identificar en qué momento estamos, y sacar lo mejor de eso, de alguna forma capitalizarlo. A mí este año me llegó el momento de escribir estas columnas y publicarlas en este blog. No sé porque habrá sido, creo que simplemente era el momento, porque como dice mi amiga: «hay un momento para todo».

3 comentarios en “Mis cinco frases favoritas.

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